Sala de prensa
Telemedicina, un servicio que llegó para quedarse
9 de junio
Lo que en un tiempo fue una escena de la popular caricatura Los Supersónicos, hoy con el aumento de usuarios utilizando el servicio de telemedicina es una realidad.
Según datos del Ministerio de Salud y Protección Social, hasta el 31 de mayo en Colombia había 1.782 sedes prestadoras con 6.662 servicios habilitados de telemedicina.
De acuerdo con esos datos, los expertos afirman que la telemedicina “llegó para quedarse”, pues este modelo de asistencia de salud, que ya se venía implementando desde hace varios años en Colombia, ha incrementado su demanda debido a la pandemia de la COVID-19.
Para hacer uso de este servicio solo se necesita tener conexión a internet, un celular y/o un computador.
Algunos pacientes, como Yassir Barceló, dicen que han tenido buena experiencia con esta alternativa. Cuenta que hace unas semanas empezó a experimentar síntomas como fiebre, tos seca y congestión por lo que decidió llamar a su EPS para explicar lo que sentía.
Le asignaron una telecita para el día siguiente. El médico que lo atendió le informó que estaba manifestando sintomatología relacionada con el coronavirus por lo cual debía aislarse. Era probable que fuese otro más en la lista de infectados por esta enfermedad.
Como hace poco se convirtió en papá, el especialista que lo atendió le recomendó aislarse en casa. No podía cargar a su bebé ni podía compartir con su esposa.
Durante casi una semana lo llamaban todos los días para hacerle seguimiento a su caso. Le explicaron que le iban a hacer la prueba, no se la pudieron realizar antes porque había una larga lista de pacientes en espera.
Vía telefónica lo citaron al parqueadero de la EPS y a los tres días lo llamaron para decirle que los resultados eran negativos.
Por el contrario, a Zulay Coll, una mujer de 67 años e hipertensa, no le ha ido muy bien. Debido a su enfermedad, cada tres meses debe asistir a control y el último lo tuvo en diciembre de 2019. En la EPS le dieron medicamentos hasta febrero.
En marzo, debido a la emergencia desatada por la pandemia, no pudo programar cita ni pedir sus medicamentos. Llamó a su IPS y esta le manifestó vía telefónica que podía sacar una “telecita” y de manera inmediata le darían orden para recibir los medicamentos en casa. Coll asegura que desde marzo está esperando que la llamen para que le programen la consulta.
Claudia Moreno, de la red asistencial de Positiva, cree que “definitivamente la telemedicina es el futuro”, aunque explica que desde hace algunos años el Gobierno ya había implementado esta estrategia en el país.
“Con la llegada de la pandemia lo que se hizo fue buscar las alternativas, desarrollar las herramientas que ya ofrece el mercado y garantizar todo el proceso de atención”.
El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Salud y Protección Social estableció en la resolución 2654 de 2019 los parámetros para la práctica de la telemedicina. Ahí también contempla el uso de los medios tecnológicos, la calidad y seguridad de la atención e información de los datos.
En dicha resolución también se estipulan las responsabilidades que adquiere el prestador de salud que habilita los servicios en “modalidad de telemedicina”.
El documento también advierte que es obligatorio que el responsable de la actividad de telemedicina le informe al paciente cómo funciona este servicio, qué alcance tiene, cuáles son sus riesgos y sus beneficios. Además, debe garantizar el manejo de la privacidad y confidencialidad de los datos.
En Colombia todavía la mayoría de personas están acostumbradas a que un profesional de la salud los vea personalmente.
Daniel Urrego, CEO de la plataforma MedicApp, es consciente del impacto cultural que ha significado para algunos adaptarse a esta forma diferente de recibir el servicio de salud.
“Culturalmente, en Colombia y América Latina, no se concebía que se pudiera consultar a un médico a través de una plataforma. Pero hoy cuando hablamos de teletrabajo y reuniones virtuales también se puso sobre la mesa la telemedicina y su uso ha aumentado”, afirma.
Claudia Moreno coincide con Urrego, y reitera que este servicio ahora si llega para quedarse. “Es un mecanismo realmente de optimización y oportunidad de prestación. Las citas en telemedicina se programan a un máximo de tres días”, reconoce la galena.
Urrego explica que, en medio de la coyuntura actual, la telemedicina evita que los pacientes se expongan, además explica que la mayoría de dudas que puedan tener se pueden responder a través de este canal.
Los médicos explican que la disposición del paciente también juega un papel fundamental a la hora de obtener buenos resultados con el uso de la telemedicina.
“Es fundamental que el paciente tenga disposición para recibir este tipo de servicios. También debe colaborar con el profesional de salud respondiendo sinceramente a las preguntas que se le hagan para que la valoración sea óptima”, indica.
Sortear inconvenientes. Para nadie es un secreto que en medio de una telecita se pueden presentar fallas de conexión o interrupción del fluido eléctrico.
Según los expertos, previo a una consulta virtual, se llama la paciente para preguntarle si efectivamente cuenta con las condiciones óptimas para “recibir al médico”, luego que esto se procede a la videocita.
Si en medio de la consulta se interrumpe el fluido eléctrico y definitivamente no se dan las condiciones para continuar con la cita, la entidad prestadora de salud puede reasignar el encuentro con su profesional de la salud para otra fecha, explica Moreno.
Es importante que previo a una consulta virtual el paciente se ubique en un lugar aislado del ruido, que este iluminado y tenga la libertad y capacidad de poder indicarle al profesional en salud la ubicación de sus síntomas.
El usuario debe conectarse 15 minutos antes para verificar la señal de la red, la calidad del video y audio. Durante la consulta se debe ser muy específico con la sintomatología que se presenta y se debe tomar nota de las indicaciones ofrecidas por su galeno.
Fuente: Javier Mendoza, El Heraldo.